Nuestro camino como Hijas de Cristo Rey tiene su inicio en la experiencia carismática de Don José Gras y Granollers. Él intuyó que sólo unas mujeres profundamente enamoradas de su Rey y consagradas a Él, podían entregarse a la pasión de hacerle reinar en el corazón de todos los hombres, haciendo posible la paz, la justicia, la verdad, y el bien en todas las naciones.
En fidelidad a este carisma que se nos donó, nuestro único afán es hacer presente su Reinado entre los hombres, con la pasión de un amor a Cristo que nos quema el alma, y nos hace capaces de entregar la vida, para que el mundo sienta su dulce Soberanía de amor, de paz, de gracia y de vida plena.
Sólo en Cristo y desde Cristo tiene sentido nuestra vida. No somos nosotras quienes decidimos consagrar la vida a Dios, es Él quien nos llama, nos seduce con su amor y nos consagra.
Ser Hija de Cristo Rey es sencillamente amar a raudales. Este amor que late en el corazón de cada Hija de Cristo Rey, es el que anhelamos se oiga en el corazón del mundo.
El lema “CRISTO REINA”, síntesis de la vida de nuestro Fundador y manifestación de su pensamiento, es para nosotras proyecto de vida y compromiso evangelizador.